En la tercera planta,ya.Y en cuanto me quise dar cuenta,estaba siendo consumido por mi propia avaricia.
El olor de aquella habitación,el sonido de las gotas de lluvia al golpear los cristales y aquella música,sonando lo suficientemente alto como para cautivarme.Todo ello,lo convertía en un ambiente simplemente embriagador.Cuatro paredes,de las que no quisiera escapar nunca,pues todo lo que siempre soñé se materializa ahora.Su fragancia,unas gotas adecuadamente esparcidas por su cuello,que ahora quiero que formen siempre parte de mi.
Esa paz.
Porque el tiempo no tiene porque existir aquí,si no queremos.
El sentido de mi existencia,siempre me pregunté.
Bueno,quizás aquella noche tuvo la decencia de contestarme de una manera nada reprochable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario